POR HUMBERTO PINEDO MENDOZA
En el 2OIO el creador peruano está viviendo el impacto de una sociedad deshumanizadora y anti-espiritual que no cultivan sus propios valores.
Cuando Charles Baudelaire,Fedor Dostoweski,Van Gogh y Víctor Humareda escribían o pintaban un mundo alucinante y dramático nos estaban enseñando la parte oscura y diáfana del hombre. Es decir lo real y lo irreal de la condición humana de sus vidas. Es decir el límite entre lo patológico y lo establecido.
Pero qué sucede con nuestro poeta actual . Se está alimentando de un esquema demoliberal castrativo que no respeta su raíz natural. O es que acaso la proclama apocalíptica del fin de las ideologías y de la historia se han incubado en nuestro país.
Es enfermizo que los creadores ya no escriban con la misma intensidad vital de otras generaciones, que no asuman posiciones politicas ante el sistema. Algunos dirán falta de vocación, evasión o patologia.Es decir la esterilidad poética, o depresión y la realidad consciente no cohabitan como debe de ser.Y esto es dramático para los poetas que desean expresar un momento testimonial de sus vidas.
No es necesario ser un psicoterapeuta para descubrir los enigmas y recovecos de nuestro subconsciente e inconsciente. Por eso en César Vallejo el psiquiatra Alberto Seguín descubría características de una personalidad atormentada, desgarrante, deprimente, angustiante y creadora
Por eso no es extraño que muchos poetas hayan visitado a psiquiatras y psicólogos con la finalidad de reforzar su identidad, o de descubrir su mundo escabroso, místico, fantasioso o de confusión mental en sesiones psicoanalíticas. Por eso muchos especialistas como Honorio Delgado y Hermilio Valdizán encontrararon un mundo convulso y atormentado en los poetas de su época. Era una fuente clínica necesaria para curarlos de sus angustias.
EN CONFLICTO
El poeta Martín Adán y José María Arguedas eran intelectuales que acudían a asociaciones libres para reconocer sus frustraciones y traumas, eliminar sus fobias o problemas psicológicos que les aquejaban o turbaban. Es decir que la poesía y la narración les sirvió como terapia. Gerardo Armaza diría que también reconocieron a sus personajes literarios y el porqué de sus torturas y sufrimientos.
La terapia de escribir es una forma catalizadora y de realización vital en escritores como Ernest Hemingway, Sartré, Dalí, Bretón. Quizás la poesía dadaísta, surrealista y la automática ayuda mucho a los lectores, creadores y pacientes para reedescubrir los demonios interiores del subconsciente o de lo onírico, de lo mágico y de lo alternativo.
No hay que olvidarnos que Sigmund Freud descubre en los relatos antiguos de Edipo Rey las inclinaciones naturales del binomio madre -niño.
Hay ejemplos concretos en el Perú. En este caso de José María Arguedas quien llegó a confesar alguna vez que si dejaba de escribir se suicidaría. Tenía un trauma de infancia vivida con su madrastra y los indios. Esta situación traumática lo persiguió hasta la muerte. Cuando se sintió inutil se suicidó-literatura y catarsis-.
También le ocurrió a Mario Vargas Llosa en relación a su padre. Mucho de los personajes de sus novelas trasuntan cierto odio inconsciente a lo paternal. Es decir el conflicto humano de estos dos creadores es expresada en sus obras.
Esto me hace recordar a los personajes universales también escritos como son el celoso de Otelo o el ambivalente de Hamlet de William Skakespeare y los personajes típicos del hombre como son el Quijote idealista y el práctico de Sancho en la novela de Miguel de Cervantes Saavedra
También encontramos esta situación de angustia y de protesta en la Torre de los Alucinados de Alejandro Romualdo o en el Pie sobre el Cuello de Carlos Germán Belli. Es decir deshumanización, alienación, cosificación. En este caso la poesía les sirve como terapia.
Alguna vez Segisfredo Luza diría en un ensayo sobre Psicoanálisis y Literatura que el creador es una dicotomía de realidad y ficción. Pero cuando convive sólo con la ficción o su fantasía se aliena y se convierte en un estado de ánimo enfermo que camina.
Pero también es patológica la conducta del pueblo peruano. Descubrimos insensibilidad social en muchos creadores. La supervivencia ha provocado un bloqueo inconsciente en todos ellos. Ha traído como consecuencia conformismo y estupidez. Otros dirán que nos hemos informalizado y que vivimos una sociedad combi o chicha y que es más importante salir de la crisis económica.
PROVOCACION
El otro aspecto anormal es el culto exagerado a los muertos y vivir recordando el pasado plagado de derrotas. En cierto momento Vargas Llosa diría en qué momento se jodió el Perú. Yo diría cuando este pueblo de apus, de intis, de huacas reverentementes se traumaron ante el advenimiento mágico del binomio hombre - caballo que representaba el español. En México como en el Perú creyeron que este dúo era una solo-
Es decir cundió la ilusión óptica de la realidad y nosotros como descendientes de ese trauma ancestral seguimos recreándonos con esa espina deicida que nos convierte en peruanos cainitas.
Por eso el Psicoanalista Rodrigo Rabanal diría que no solo Garcilazo se atormentaba por no definir su condición de mestizo. Fue una violación contra el autoestima de una nación. Nos prohibieron ser, nos quitaron nuestras costumbres, nuestros derechos.
EL POETA Y SUS TRAMPAS
Estoy seguro que muchos poetas auténticos que cohabitan con su existencialidad consciente han tenido problemas de conducta con la sociedad. O ésta le ha provocado alteraciones debido al stress de adaptación, tensiones, psicosis, neurosis, depresión. Los creadores que se han quedado han sufrido como César Moro que tuvo que soportar la barbarie educativa del Colegio Militar Leoncio Prado. Algunos poetas que no han soportado las presiones han ingresado al campo de la locura, o han terminado dipsomanos o han viajado a Europa los que han tenido mejor suerte.
La patología del creador se encuentra en el mutismo, en su claudicación, en su obsesión, en su mitomanía, en su complejo de superioridad, en su simulación y en su traición vital. Me parece oir las frases del dictador Franco cuando alentaba la muerte de la cultura como el nazi Goobbel.
En el Perú da la impresión que existe cierta complicidad con el mundo frívolo. Muchos de los creadores han dejado de ser poetas para ser comerciantes de sus vidas. Por eso es necesario una evaluación permanente de su autoestima.
Pero el psiquiatra Max Hernández refería que en el Perú debemos de preocuparnos no sólo de la extrema pobreza económica si no también mental. Hemos ingresado al cuarto mundo a nivel espiritual, Es decir el culto al chancho, al periodismo amarillo, el culto a las nalgas, y a la caja boba que no nos enseña si no más bien nos idiotiza. Ante esta realidad el poeta tiene dos opciones o se enfrenta con otros valores de cambio a la realidad o se convierte en un ser ruin y débil .