La palabra “nadie”
Es una bola de piel
Cubierta de pelos y cálidos temores
Un mundo con los huesos rotos
Un silencio lila que se recupera
Sin la boca abierta por donde gritar “mátame”
Es vivir en el aire
Saboreando un trago negro y salado
Es la bola que aplasta mi sonrisa
Enroscada hacia su distorsión
Al contacto con un tibio rencor rodante
Pidiendo tiempo
A lo que rechina diciendo que no.
Tus tacos se incrustan en mi cabeza
(Los gatos enfermos pelean en esas uñas cansadas)
Tú arena abandonada en esta huella negra Raspa (Da frío)
Tu cicatriz esta más débil que antes Nausea compacta
Toda la atención del terror
Encaramándose a un borde maloliente
Al pucho quemado sin esta boca Sobre los rieles
La sal sucia bolas blancas en silencio
(Como la nieve)
ALTAR
Las ratas juntan la arena de mi playa. Forman un cerrito negro con mis verdades.
La cojera del niño
Alborota estremecimientos deliciosos
Saborea en la mandíbula rota
El chillido negro
Ingresa por la parte rota del papel más frío
Hacia el interior de una pequeña almohada la cual estruja
Los nervios en mis nudillos endurecen ese mundo hasta partirlo
Sólo queda su polvo imposible
Y mis ojos asombrados.
Pablo Salazar Calderón, Paris 1978. Estudio cursos de historia en la Pontificia Universidad Católica de Quito y Humanidades en la Universidad jesuita Antonio Ruiz de Montoya. Ahora se encuentra terminando sus estudios de Literatura Hispánica en la Pontificia Universidad Catolica del Perú. Seleccionado en la antología Generación del 2000? del grupo Claroscuro. Actualmente tiene un poemario en preparación.
1 comentario:
Oigo a los muros ceder ante su propio silencio. Aldaba de espíritus...
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